IU exige el cierre de Garoña para el mes de julio y reclama al ministro de Industria que acabe con la sumisión al lobby nuclear.
El responsable federal de Izquierda Unida de Políticas Energéticas, Adolfo Barrena, afirma que “el PP desprecia los elevados riesgos para la ciudadanía y el medio ambiente que supone esta actividad”.
El responsable federal de Izquierda Unida de Políticas Energéticas, Adolfo Barrena, considera “inaceptable” que con el aval del ministro de Industria “ahora, de pronto, se pretenda ampliar por un año más la explotación de la central nuclear de Santa María de Garoña, una planta claramente obsoleta y que supone un riesgo gravísimo para la ciudadanía, para la salud y para el medio ambiente”.
Barrena recuerda que el cierre definitivo de la central burgalesa de Garoña, acordado por el Gobierno del PSOE, está previsto para el próximo 6 de julio y que, aunque la compañía Nuclenor -propietaria de las instalaciones y participada al 50% por Iberdrola y Endesa- pudo acogerse a una prórroga hasta el 2019, rechazó esta posibilidad.
El dirigente federal de IU afirma que “es evidente que Nuclenor pretende seguir hibernada un año, sin producir electricidad, con la intención de acogerse a las futuras ventajas que un Gobierno pronuclear como el de Mariano Raroy piensa ofrecer a las centrales nucleares en activo dentro de la nueva reforma energética que prepara. Podemos estar en la antesala de una prórroga de las nucleares”.
Para Barrena, “el Gobierno del PP y Nuclenor pretenden que el Consejo de Seguridad Nuclear haga un nuevo informe que dé respuesta favorable a las expectativas de la empresa y a los intereses del ministerio de José Manuel Soria”. En este sentido, Izquierda Unida denuncia la “absoluta sumisión del Gobierno de Rajoy al lobby energético nuclear y al poder económico de las grandes compañías eléctricas. El PP desprecia de esta manera los elevados riesgos para la ciudadanía y el medio ambiente que supone esta actividad”.
“Una vez más –señala Adolfo Barrena- el Partido Popular enseña su cara más liberal y antepone los intereses económicos, en este caso de los propietarios de Garoña, al interés general que exige y reclama el cierre de todas las centrales nucleares y un plan energético en el que ganen presencia e importancia las energías renovables y los recursos endógenos”.