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HACIA EL PROCESO CONSTITUYENTE: MONARQUÍA O DEMOCRACIA

MANIFESTACIÓN SÁBADO 7 A LAS 20H. PLAZA DEL CID.

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HACIA EL PROCESO CONSTITUYENTE: MONARQUÍA O DEMOCRACIA

La abdicación de Juan Carlos I es síntoma del grave y deteriorado estado en el que se encuentra la Monarquía y el Régimen que lo sustenta.

Para los demócratas es la hora del pueblo, la hora de que la gente pueda decidir sobre su futuro. Frente a la abdicación de Juan Carlos I, reclamamos el derecho a decidir frente a quienes nos quieren imponer la forma de Estado con pactos de despacho entre élites económicas y sus élites políticas subordinadas, sin proceso de deliberación y debate. Otra vez, pretenden someternos a ser súbditos, en vez de respetar nuestra condición de ciudadanos y ciudadanas soberanas capaces de debatir y decidir el destino de nuestro estado y de nuestra vida colectiva.

Frente a la abdicación de Juan Carlos I, nombrado en su momento por Franco como sucesor, es la hora del pueblo. Es la hora de tomar las calles, reclamando la convocatoria de un referéndum vinculante. Es la hora de que todos y todas expongamos nuestros argumentos, deliberemos, y decidamos. ¿Aceptamos un Jefe del Estado por derecho de sangre o apostamos por un modelo de Estado y de Gobierno emanado de las decisiones de la mayoría social?

Desde aquí, exigimos un proceso democrático sin cortapisas ni límites, que permita a las mayorías sociales dar una respuesta satisfactoria a la crisis política e institucional, frente al nuevo proceso de Transición que nos quieren imponer. Por lo tanto, rechazamos  la Sucesión como una reforma constitucional. Y exigimos, en cambio, la convocatoria de un Referéndum vinculante y el inicio de un proceso Constituyente. La reforma se hace siempre desde las élites, sin proceso deliberativo y decisorio del pueblo. En cambio, un proceso constituyente implica apostar por un nuevo modelo donde los Pueblos del Estado Español  decidan el marco económico, político y social que desean. Y ya es hora de que los pueblos, las personas hablen.

A lo largo de estos últimos 39 años Juan Carlos Primero, ha sido responsable y conocedor de los últimos asesinatos del franquismo y de las ejecuciones extrajudiciales perpetradas por aparatos del estado y parapoliciales en los años de la Transición y posteriores. Todos ellos aún impunes, pero algunos en causas o procesos penales, hoy día abiertos. La Coronación de su hijo Felipe VI pretende cerrar en falso todos estos crímenes y obstaculizar la posibilidad de responder ante la justicia. No lo vamos a permitir!

Juan Carlos I es responsable además de la gravísima situación que vive el pueblo saharaui por haber jugado un papel decisivo en la entrega de la colonia española a su amigo el Monarca Hassan II de Marruecos contraviniendo el derecho internacional y  las resoluciones de la ONU. La relación de  Juan Carlos con el pueblo saharaui es de traición hacia éste  y  escribe otra de las más  deleznables páginas en la historia del Estado español.

La corrupción es otra de las características definitorias del Monarca español. Desde los años 80 hasta ahora han estado relacionados con el rey innumerables casos de maletines millonarios, tráfico de influencias, prevaricación o paraísos fiscales. Recuérdese que la Segunda República vino a poner fin a la galopante carrera de corrupción de Alfonso XIII,  abuelo del actual rey.  Por lo tanto no viene de ahora, pareciera una característica genética de los borbones.

Es por eso que la Monarquía ha perdido su cada vez más exiguo apoyo social y necesita un golpe de timón. Pero ya es demasiado tarde. Hoy decimos basta. Hoy empezamos a construir la Tercera República.

Apostamos por el poder de la gente frente a la imposición de las élites. Apostamos por que las decisiones trascendentales de la vida política del país se sometan a la consulta y voluntad popular. Exigimos la convocatoria de un referéndum. ¿Aceptamos a la Corona como figura de Jefatura del Estado o democratizamos el modelo de Estado y apostamos por un proceso constituyente que redefina el conjunto de nuestra institucionalidad? Es hora de que se desarrollen los principios republicanos de deliberación y participación ciudadana. Es hora de democratizar nuestro sistema político. Es hora de supeditar todos los órganos y las decisiones de las élites económicas y políticas a las decisiones del pueblo soberano. Es hora de superar la estructura de poder actual que nos condena a la eliminación de derechos civiles  y a la miseria.

La abdicación y proceso de Sucesión es opuesto a cualquier lógica democrática, y tiene como objetivo un lavado de cara para disimular el agotamiento del régimen constitucional de 1978. La mala imagen de Juan Carlos de Borbón por los escándalos de corrupción recientes viene siendo denunciada desde hace tiempo por la ciudadanía. Recordemos que el 28 de septiembre de 2013 la Coordinadora 25 S convocaba el primer Jaque al Rey en el que participaron miles y miles de personas en Madrid.

La crisis de la turnancia política o bipartidismo, el descenso electoral de los dos grandes partidos que hacen de soporte de la Monarquía (PP y PSOE) y las dificultades para realizar la Sucesión más adelante, han obligado a los poderos a ejecutar una maniobra chapucera sin tan siquiera contar con un marco legal para realizarla. Pretenden con “nocturnidad y alevosía” entronar a Felipe de Asturias pero no lo vamos a permitir.

Denunciamos el papel de los grandes medios de comunicación. Ahora más que nunca pareciera que escriben al dictado del lobby monárquico. Ninguno de ellos ha reflejado las multitudinarias marchas pidiendo la apertura de un proceso constituyente y un referéndum. Ninguno de ellos ha ejercido la libertad y la independencia de prensa. Todos ellos han decidido ser la prensa del Régimen caduco que hoy mismo ha empezado a morir.

Es la hora del pueblo, es la hora del derecho a decidir, es la hora de la democracia. En definitiva, es la hora de ser ciudadanos/as para dejar de ser súbditos, es la hora de tomar el futuro en nuestras manos y arrancarlo de las manos de minorías privilegiadas.

¡NI ABDICACIÓN NI SUCESIÓN!

¡ABOLICIÓN!

¡NO PASARÁN!

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