Burgos Ciudad

Libertad sexual y reproductiva

En los últimos días hemos vivido un tira y afloja entre el Ministro de Justicia y otros representantes del Gobierno. El derecho a decidir ya no es un debate tan importante, dicen algunos del Gobierno, que se acercan las elecciones y vemos peligrar votos (esto no lo dicen, lo intuímos) mientras que el Ministro de Justicia (en serio, creo que alguna vez ya lo reflejamos en este espacio, pero lo repetiremos para reflexionarlo: ¿por qué un tema que es cuestión de salud es llevado desde el Ministerio de Justicia?) dice que volverá a ponerlo sobre la mesa (aunque no esta semana)

Creo que ya está suficientemente claro, desde el día en que quisieron aplicar esta ley, que nuestra salud y nuestra vida, la de todas las mujeres, les importan bien poco. Que su ley era el producto de una moral religiosa y machista que estaba muy lejos de buscar nuestro bienestar y nuestra libertad sexual y reproductiva.

Cartel_8_marzo_2014

La retirada de la ley (momentánea, las feministas bien sabemos que ninguna victoria es eterna) no quiere decir que hayan reflexionado sobre la barbarie que pretendían llevar a cabo. Nosotras no nos lo creemos, no nos creemos que hayan meditado sobre las muertes en abortos clandestinos, ni sobre los dramas cotidianos que van a tener que vivir las mujeres obligadas a ser madres, ni sobre el grave riesgo psicológico que supone ser madre sin desearlo. Y por supuesto, nunca meditarán sobre nuestro derecho a decidir, sobre que las mujeres, personas completas, y no incubadoras, deben elegir cuando y como ser madres. Sobre que nosotras, hacemos con nuestra sexualidad lo que queremos, porque somos libres para vivirla sin que la Iglesia, el Estado y los prejuicios sociales puedan poner trabas a nuestra manera de vivir el sexo. Todas estas cosas, implícitas en esta ley que genera tanto debate, son las que no reflexiona la derecha, ni la iglesia ni el puritanismo más rancio que queda en este país.

No nos lo creemos porque aunque hoy retiren la ley, seguirán sin reflexionar en profundidad lo que significa poder o no abortar, lo que significa tener educación afectivo-sexual, lo que significa ser libres en el sexo y en la maternidad. No nos lo creemos porque el machismo, incesante, transversal, sibilino, seguirá metiéndose en las rendijas de la libertad de las mujeres para recordarnos (da igual con leyes, con moralinas, o con prejuicios) que nunca seremos libres mientras ellOs estén ahí.

Área de Mujer de IU-Burgos

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