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El Consorcio del Desvío Ferroviario, la gran estafa a la ciudadanía burgalesa.

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El Consorcio del desvío ferroviario se ha convertido en  la gran estafa a la ciudadanía. Se ha producido a gran escala, una estafa, desarrollando un modela de especulación que solo ha beneficiado a las élites económicas de nuestra ciudad.  Permitió la inyección de capital a las grandes constructoras de la ciudad; se estructuró herramientas de generación de negocio al sector financiero de nuestra ciudad, a aquello que nos dijeron que eran nuestras Cajas. A cambio nuestros ciudadanos, han recibido un faraónico Bulevar, con paradas de autobuses armenias, un precio de la vivienda que nada tiene que “envidiar” al de las grande capitales y ahora, que les toquen los bolsillos, al mismo tiempo una pérdida de independencia y soberanía local con motivo del trasvase de capital público municipal a las entidades financieras –Caixabank, Deixa Sabadell y Caja3- a las que adeuda el consorcio.

Llegados a este punto nos podemos preguntar, ¿qué es un Consorcio?. Ante la limitación de endeudamiento de los Ayuntamientos se contempla la posibilidad de constituir consorcios, que según la legislación  no son entidades públicas, pero que surgen de la unión en asociación entre  la  Administración Pública, en nuestro caso el Ayuntamiento, con “entidades privadas sin ánimo de lucro”, donde se enmarcan las Cajas; CajaBurgos y CajaCirculo.

Dicho lo anterior, debemos remarcar que un consorcio en mano de corruptos se puede transformar, como así ha sido, en una herramienta fuera del marco legal de la Administración Pública para un endeudamiento sin límites.

Los primeros pasos en la creación del Consorcio se dan en el 2001, conllevan la aceptación de las Cajas de ser miembro de la asociación y lo que implicaba una operación de crédito, lo que les convertían por una parte en miembros del consorcio y por otra a quien les adeudaba el Consorcio. La operación financiera  se estipulo en 61 millones de euros (10.250 millones de pesetas), pero que dadas las características especiales del Proyecto y  sobre todo de urbanización de la Gran Avenida  -Bulevar Ferroviario- , Cajas comprometieron unos fondos adicionales de 42 millones de euros (7.200 millones de pesetas) . Con datos actuales, la inversión realizada es de 180 millones, y quedan varios tramos por ejecutar.

La Intervención General, en noviembre de 2001, informaba la operación en los siguientes términos:

…es prácticamente imposible que así sea el límite comprometido de 103 millones (17.450 millones de pesetas). Esto va a representar que se tendrá cubierto, incluso en las más desfavorables situaciones del sector inmobiliario”.

El Consorcio en manos del PP dio un vuelco a su viabilidad, al centrarse en operaciones de enriquecimiento privado, tal y como demuestran las cuentas de 2004. Para atajar esos primeros datos negativos, el Partido Popular de Lacalle y Aparicio, toman la vía de la especulación con el suelo, a través de un megaproyecto de infraestructuras, el Bulevar ferroviario y una modificación del Plan del General de Ordenación Urbanística, que equiparaba a Burgos con grandes metrópolis. En el 2005, el consorcio aplicando la dedocracia contrató, por un importe de 7 millones de euros, al estudio suizo Herzog & De Meuron para la redacción del Master Plan y el diseño del Bulevar.  Los pasos dados por el PP fueron:

  • Silenciar y marginar. La voz de IU era la voz crítica, la denuncia perpetua a este despilfarró y estafa. Con el consentimiento del PP y el PSOE, se le impidió la participación en el Consorcio.
  • Equilibrio financiero a través del aumento del valor del suelo. En este punto se ejecuta con el Master Plan, que plantea un nuevo Plan General de Ordenación Urbana, con el objeto de aumentar la edificabilidad de los solares, aumentando el valor de los mismos  y consecuentemente aumentar los ingresos del Consorcio. Desde nuestra organización política-social realizamos las oportunas alegaciones al Plan, por entender que se buscaba la especulación, contemplaban torres de viviendas de 10 y 25 alturas.
  • Tras generar plusvalías suficientes,  se distribuyen entre la minoría privilegiada. Esta operación  se desarrolla con el proyecto de construcción del Bulevar ferroviario, que es la máxima expresión de obra faraónica, y como se puede enterrar millones de euros bajo hormigón. Se otorgó un balón de oxígeno millonario a las grandes constructoras de nuestra ciudad que comenzaban a tener graves problemas

Trazado el Plan de Gran Estafa a la ciudadanía,  al Partido Popular en convivencia con las élites económicas de nuestra ciudad,  no le temblaron las piernas, en continuar su aplicación. En febrero de 2010, después de tres años de crisis, se procede a la demolición de los muros perimetrales del área de paso de las vías ferroviarias, y que supuso el inicio de la construcción faraónica del Bulevar. A la vez que se adjudicaba los primeros contratos para la construcción del  faraónico Bulevar, el consorcio deja aparcado “sine die” la venta de los solares de los rascacielos diseñados por Herzog & De Meuron por no existir compradores.

La situación actual es la de un Consorcio en quiebra y un Bulevar inconcluso. La deuda actual es de 167 millones de euros, mientras que sus activos no llegan a los 91 millones.  Esta situación, esta estafa, es la que pretenden trasladar a la ciudadanía, a través de un rescate público del consorcio.

Nuestra organización político-social no está de acuerdo con el Convenio diseñado entre el PP y el Consorcio, por las siguientes razones:

  1. Se exime de responsabilidades a las Cajas. En ningún momento se comportaron como entidades privadas sin ánimo de lucro ellas gestionaron el Consorcio y generaron pingües beneficios. A ellas se les encomendó la Gerencia del Consorcio y han obtenido un enriquecimiento ilícito de las operaciones. En el 2006 se estimó que cobrarían por costes de gestión y costes financieros de 28 millones de euros, cifra que en la actualidad es mayor.  Se les permitió y permite cobrar el 2% de los gastos y 2% de los ingresos que genera el Consorcio.
  2. Comprometa la estabilidad del Ayuntamiento y convierte al ciudadano en el que asume la deuda ilegítima del consorcio.
  3. Exime  de responsabilidades al Alcalde, Javier Lacalle, en la legislatura anterior Concejal de Urbanismo, que fue y es uno de los artífices de esta gran estafa en convivencia con las entidades financieras y las constructoras de nuestra ciudad.

Consideramos que la deuda del consorcio es ilegitima, no son los y las burgalesas las que deben pagarla.  Que las entidades financieras, las cajas asuman su responsabilidad.

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