Burgos Ciudad

El nuevo mapa de línea de los autobuses urbanos fracasa. IU exige la dimisión de Rebollos.

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El pasado viernes 13, en una sesión extraordinaria del  Consejo de Administración del SAMYT, el Concejal Esteban Rebollo explicó que la nueva red, cuya implantación estaba prevista para el próximo 1 de enero, se retrasa sine die. No habrá nueva fecha de implantación.

En parte es lógico, porque de aquí al 1 de enero iba a ser prácticamente imposible dar una suficiente información a los usuarios sobre la nueva red. Evidentemente, un cambio de esta magnitud requiere una campaña de información adecuada

El Concejal sólo informó verbalmente sobre la suspensión del proyecto de nueva red. Lo más razonable sería que se aportaran documentos en los que se explicaran los motivos técnicos que han llevado a descartar el  proyecto. También faltaría informar al personal; parece ser que el pasado miércoles, en una reunión con conductores no se les aclaró si la nueva red se iba a implantar o no.

Este proyecto de nueva red tiene su origen, al menos para el público, en junio, cuando se conoció el primer plano elaborado por una empresa. Este plano conllevaba una serie de recortes y unos recorridos cuanto menos discutibles. Así, hay que recordar que se eliminaba todo el servicio en la zona de Río Vena y San Juan de los Lagos, en la zona del Plantío; también se recortaba, aunque no de forma tan evidente, el servicio a Gamonal. Por otro lado, había recorridos ilógicos, como el que iba del Centro a Villafría, que pasaba por la Glorieta de los Peregrinos y por el G-9, por Ismael García Rámila; de haberse llevado a cabo habría implicado un incremento de los tiempos de recorrido.

Ese  plano se calificó de “moderno” y “eficiente” por el Equipo de Gobierno. Este proyecto se basaba incrementar frecuencias en unos corredores a costa de suprimir el paso por otros. Se quitan autobuses de unas calles para concentrarlos en otras, y así poder aumentar las frecuencias. Esto suponía unos inconvenientes a los vecinos de diferentes barrios que quedaban afectados.

Esto derivó en una respuesta vecinal, bastante lógica por otro lado, y a una reacción de los partidos de la oposición. Todo ello llevó a una falsa confrontación: por un lado, el criterio técnico, defendido por el Equipo de Gobierno, según el cual la nueva red era adecuada; por otro lado, los vecinos, que parecía que simplemente se negaban a que el autobús dejara de parar en la puerta de su casa.

Eso no era así, los vecinos estaban dispuestos a asumir cambios aunque puedan resultarles algo incómodos, pero lógicamente, no estaban dispuestos a perder un servicio como el transporte público. De hecho, algunos representantes vecinales se mostraron partidarios de eliminar alguna parada. Entre los vecinos hay una conciencia de que en determinados tramos, si hay demasiadas paradas, se puede suprimir alguna.

El plano presentado en junio debía mejorarse y fue lo que se llevó a cabo, en parte gracias a la presión vecinal. Inicialmente, sólo se podía negociar sobre un 20% del plano. Debido a la movilización, el proyecto se fue cambiando. Pero estas mejoras han hecho que haya resultado inviable por la falta de recursos, de vehículos y personal. Por otro lado, ha faltado la participación de los técnicos, que son quienes mejor pueden evaluar la actual red y conocer los recursos disponibles.

De forma recurrente, y en especial cuando salió el primer plano, se comparaba el cambio proyectado en Burgos con el que se hizo en la red de Vitoria-Gasteiz. Hay que recordar que en la capital alavesa se implantaron dos líneas de tranvía y se incorporaron autobuses a la flota municipal. Uno de los efectos del cambio de la red de transporte fue suprimir el servicio de autobús en aquellos trayectos coincidentes con el tranvía. Hubo, por tanto, un incremento de la oferta.

En cambio en Burgos, lo que se iba a hacer era quitar de un lado y poner en otro. No hay líneas con exceso de oferta que permitan eliminar vehículos para incorporarlos en otros recorridos. No hay margen de maniobra.

La última vez que se incorporaron autobuses a la flota de Burgos fue en el año 2007, con veintisiete de rénting y cuatro comprados. No se usaron para ampliar la flota, sino para renovarla, pues fueron retirados tantos como se habían incorporado. Habría que retrotraerse hasta el año 2005 aproximadamente para encontrar la última ampliación de flota. En la ciudad ha habido bastantes cambios desde entonces, el nuevo Hospital, la nueva Estación o el Bulevar, que también requiere transporte público.

Las necesidades de vehículos y personal se han incrementado desde 2005, pero no se ha respondido incrementando los recursos disponibles. Cualquier intento de ampliar la oferta sin más recursos resultará imposible.

La consecuencia de suspender el proyecto de nueva red es un gasto que no tendrá efectos en el servicio. Se ha contratado a una empresa para el diseño de la nueva red, se ha comprometido el gasto en la elaboración de material informativo y se han hecho las obras de las paradas. A este respecto, hay paradas nuevas que quedarían sin uso si se mantuviera la actual red completamente. Esto ocurre en paradas de la zona de Villímar Oeste, que se encuentran en una calle por donde ahora no discurre ninguna línea.

Todo esto deriva por los problemas de flota que tantas veces se han denunciado. Hay que pensar en incorporar autobuses mediante compra, ya sean nuevos o de segunda mano siempre que cumplan unos criterios técnicos. En 2016 hay que retirar los autobuses de rénting, y ahora mismo hay problemas por no disponer de la flota suficiente.

Es necesario que se explique qué se va a hacer a largo plazo. Ahora mismo hay tres alternativas: la primera sería no hacer nada y mantener la red actual sin cambios, la segunda sería implantar cuando sea posible el proyecto de red paralizado, y la tercera, sería analizar con los técnicos las deficiencias de la actual red e intentar corregirlos con los medios disponibles, siendo ésta última la opción más razonable.

Por ejemplo, la actual línea 25, que une el Centro con la Estación de Ferrocarril y Eladio Perlado resulta disfuncional porque se ha pretendido cubrir diferentes conexiones, en algunos casos incompatibles, con una única línea. Esto hace que, por ejemplo, el tiempo de recorrido hasta la Estación sea excesivo.

En estas circunstancias hay que plantearse la continuidad del señor Rebollo como Concejal de Movilidad porque su proyecto de nueva red ha quedado sin aplicar, porque su actitud hasta el momento no ha sido adecuada, tratando de imponer el proyecto a todos. Debería, por tanto, plantearse su dimisión. También hay que recordar otros asuntos, como el nuevo rénting, sin la aprobación de Intervención, así como los problemas con la UTE en la que trabaja su hijo, una concesionaria cuyos trabajos de mantenimiento no son satisfactorios. Esteban Rebollo no es la persona adecuada para continuar dirigiendo el SAMYT.

En todo caso, hay que recordar que en junio el Alcalde explicó que la dedicación exclusiva del Concejal Rebollo se justificaba en que tenía que dirigir un cambio “sensible”, “el mayor  cambio del transporte urbano de la etapa democrática”. Si este cambio no va a tener lugar, y no dimite, debería retirársele la dedicación exclusiva.

Hace falta mucha más transparencia y el Equipo de Gobierno tendrá que dejar muy claro qué quiere hacer a largo plazo con el SAMYT porque 2016 será una fecha crucial y debemos saber cuáles son sus intenciones.

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