Burgos Ciudad

Ahora son 6 millones para la Plaza de Toros. No han aprendido de Gamonal

Reflexiones de un militante de Izquierda Unida.

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Soy de los que consideran que es posible divertirse sin que ningún animal lo pase mal así que no he asistido nunca a una corrida de toros; así lo digo. Independientemente de esa aclaración, que es un debate importante pero diferente, sé que tanto entre gente con ideas taurinas como entre gente con mi trasfondo hay amargor por la decisión de gastar más de 6.000.000 euros sin consultar a la ciudadanía para la rehabilitación de un coso llamado multiusos pero inutilizable para el deporte y otras actividades.

Como los términos ciudadanía al igual que las cifras pueden resultar abstractas, ejemplificaré con el pasado reciente:

Un ayuntamiento intenta sacar adelante un proyecto de Bulevar, los vecinos protestan, el proyecto sigue, los vecinos protestan, el proyecto sigue… como los mulos con orejeras, como si fuera un pulso contra la ciudadanía.

Desde Izquierda Unida propusimos en su momento, y mantenemos ahora, que es posible consultar a la ciudadanía en un grado cualitativamente mayor. La imposibilidad de participación, el oscurantismo y la deuda pública son los elementos que a muchos nos llevaron a la calle hace unos meses y todavía el Partido Popular no ha aprendido. Hay medios en un sigo XXI bien entrado para construir entre todos la ciudad que queremos, y no a golpe de decreto. (Al hilo de la construcción y el oscurantismo: espero escuchar algún día las explicaciones del alcalde sobre sus obras ilegales. Fin de la cuña).

Resumiendo y viajando a la infancia:

Si yo fuera un niño y me regalasen un helado de nata gigante estaría muy contento. Si a continuación me dijesen que ya no tengo para más helado para más de una década me sentiría estafado; y eso sin contar con que no me dejen elegir el sabor del helado.

Hoy Burgos sabe a nata, sí, pero es la nata que se traduciría en multiplicar el número de trabajadores sociales de Burgos, todos ellos desbordados, en reformar las guarderías públicas, acabar con las reducciones de los centros cívicos, subvencionar el material escolar etc. Y de estas natas vienen luego aquellos cortes de digestión. Es nata montada que ya rebosa porque reproduce decretazos que venimos viendo en esta ciudad desde hace ya demasiado tiempo.

De algo estoy contento:

De confiar en la inteligencia colectiva; ciertos emperadores tienen pies de barro y, yendo a lo concreto, ha sido y está siendo necesario un proceso histórico para quitar vendas de los ojos sobre el endeudamiento burgalés.

Abracadabra ¿Volverán a sacar nata del sombrero según se acerquen las elecciones? Ya conocemos el truco.

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