Burgos Ciudad

A vueltas con Femen.

Artículo de la compañera de IU Burgos, Laura Domínguez.

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Tres activistas de Femen han realizado una protesta en el Parlamento al grito de: «El aborto es sagrado«
He leído un tuit al respecto que me ha hecho reflexionar: «Cuando las sabias apuntan el aborto, el tonto mira la teta». 
Las activistas de Femen no son criticadas sólo por la derecha, la Iglesia, o los sentimentalistas del pudor más rancio. También las feministas caemos en el error de criticarlas, por no entender sus métodos, por entender que la reivindicación del cuerpo viene de otra manera… Nuestras argumentaciones, nuestras críticas, nuestra lucha contra el patriarcado ¿¿no es suficientemente válida para no tener que enseñar las tetas para hacernos oír?? ¿¿No caen ellas en la misma trampa patriarcal de utilización del cuerpo?? Esas son las grandes preguntas. Pero mis respuestas no pueden ser unívocas al respecto.
Pensemos en esa afirmación feminista de que «Mi cuerpo es un campo de batalla» Y que quizá no sea tan descabellado utilizarlo, por una vez, a nuestro favor. Nuestro cuerpo para reivindicar, para defenderlo de los ataques exteriores, del Estado, de la Iglesia, del machismo. De todos los que han querido controlarlo durante siglos. Cuerpos desnudos en vallas publicitarias, en la tele, en la cultura, en el cine, bombardeo constante del ideal de belleza al que ¡sorpresa! casi ninguna llegamos. ¿Por qué no desnudarse para plantear nuestras reivindicaciones? Mira, este es mi cuerpo y puedo abortar si quiero, hacer con él lo que yo quiera, porque es MIO, MIO, MIO. De lo que trata Femen es de darle la vuelta al encasillamiento del cuerpo femenino como un mero adorno o transmisor de placer para los hombres. El mensaje es que hacen con su cuerpo lo que quieren.
Yo no sé si es el planteamiento adecuado, me genera muchas dudas cuando una se asoma a la repercusión mediática de sus actos y entiende que los tontos miran la teta y tontos hay muchos, una inmensa mayoría de tontos machistas que como Gallardón, no entienden una grito tan simple como el de que el aborto es sagrado. Es verdad que se las ve más por provocadoras, porque en este mundo nuestro sacar una teta tiene más crédito que miles de voces gritando que el derecho a decidir es nuestro y de nadie más. Es cierto que la gente se queda en la anécdota, que quizá no se comprende el mensaje, que son objeto de mofas y sarcasmos por parte de esos mismos que luego pretenden seguir siendo los dueños de nuestros cuerpos para siempre y a su antojo.
Pero hay algo que tengo mucho más claro. Mis enemigas no son ellas. Puedo no compartir sus métodos, pero comparto sus reivindicaciones. Sea como sea, ellas están en mi lucha, son compañeras de batalla y no es contra ellas contra las que debo arremeter. Ya tenemos bastante con combatir a los enemigos reales, esos que desde sus tribunas, como Gallardón, deciden sobre las vidas y los cuerpos ajenos.
Qué es eso de que las feministas miremos también la teta. 

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